El 9 de septiembre, Noruega asistirá a las urnas para una nueva jornada deelecciones generales. La particularidad, en esta ocasión, es la ventaja de tres puntos porcentuales que le entregan las encuestas a la candidata del partido conservador, Erna Solberg, sobre el actual primer ministro, Jens Stoltenberg, del partido laborista. Un ingrediente adicional: desde 1927, los laboristas no pierden unas elecciones. (Vea el video aquí)
El trabajo de Stoltenberg por estos días, fundamentalmente, consiste en evitar que su nombre quede en los registros históricos como el del laborista que perdió la hegemonía contra los conservadores. Por eso esta semana en la televisión lo vieron disfrazado de taxista, trabajando un día por las calles de Oslo por una razón: en la opinión del primer ministro, hay pocos lugares en los que las personas dicen lo que piensan de una manera tan franca como en los taxis.
Fue notable el fin electoral de la iniciativa. Cámaras y micrófonos ocultos dentro del carro con el fin de captar las reacciones de los pasajeros al ver a la cabeza del gobierno justo ahí adelante, intercambiando opiniones, quejas y observaciones positivas. Stoltenberg luce como un hombre simpático, muy abierto a las opiniones de la gente.
No obstante, el encanto que causó la primera impresión de esta suerte de campaña, se vio un poco diezmado cuando el propio partido laborista confesó que de los 14 pasajeros que el primer ministro transportó durante la jornada, cinco habían sido contratados por la agencia de publicidad que trabaja para el partido durante la campaña. La propia jefe de comunicaciones de la coalición, Pia Gulbrandsen, explicó cómo se había desarrollado el ejercicio en un gesto de transparencia.
De cualquier manera, cuando la confesión apareció, ya el video de Stoltenberg al volante se había convertido en un éxito en las redes sociales de toda Europa, un gesto que había logrado conseguir un aumento en la simpatía por este dirigente aspirante a reelección. De acuerdo con la explicación entregada por Gulbrandsen, ninguna de las reacciones fue fingida, pues a los actores “se les preguntó en la calle si querían aparecer en un vídeo del Partido Laborista y que los irían a buscar en un taxi. Ninguno de los pasajeros tenía idea de que sería el primer ministro quien los recogiera”, relató la mujer para el diario local ‘VG’.
Según la versión de la jefe de comunicaciones del partido laborista, los participantes recibieron un pago de 500 coronas noruegas, que equivalen a unos US$ 90. Este detalle resultó poco estratégico de su parte, pues luego del furor causado por el video, varios dirigentes de la coalición declararon que la agencia de publicidad responsable les recomendó escoger a los pasajeros transportados, pero que en ningún momento ellos habían recibido pago por ello.
El video sigue dando vueltas por internet mientras que algunas críticas se levantan apuntando que el equipo de campaña del primer ministro ha de estar muy desesperado por ganar para poner en marcha este tipo de acciones. En 26 días, los noruegos sabrán si Stoltenberg ganó o perdió la carrera.
Por: Diego Alarcón Rozo
Fuente: Elespectador
0 comentarios
Aún no hay comentarios en Primer ministro de Noruega fingió ser taxista por un día. Puedes hacer uno.