Protegiendo a Nuestros Hijos: Señales de Alerta y Prevención del Abuso Sexual Infantil

El reporte digital de la procuraduría general de las naciones, de acuerdo con el ente de control, según los reportes de la Estadística Delictiva de la Policía Nacional, entre enero y agosto del año 2023, se presentaron en el país 8.295 delitos sexuales contra menores de edad; de los cuales 4.605 fueron contra niños y niñas y 3.690 contra adolescentes. El Ministerio Público también precisó que, entre
enero y agosto de 2023, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 12.899 exámenes médicos legales por presunto delito sexual en la primera infancia, infancia y adolescencia.

La violencia sexual infantil ocurre cuando alguien utiliza a un niño, a una niña o a una adolescente para algún tipo de actividad sexual abusando de su poder como figura de autoridad ante el niño y de la confianza que el niño le tiene; El abusador o violador establece un tipo de relación que confunde a la niña o al niño, invade no sólo su sexualidad, sino el conjunto de su mundo afectivo y vivencial. En este sentido, la violencia no es sólo sexual sino que también se da un abuso de confianza.

Existen algunos factores que a veces influyen para que una persona se convierta en un abusador o violador sexual, por ejemplo: personas adictas al alcohol y a las drogas, personas con baja autoestima (que se creen menos que las otras personas), personas depresivas (que casi siempre están muy tristes y desanimados), personas antisociales (delincuentes) y personas obsesivas (que se
empeñan con una fijación en algo). Hay otros abusadores sexuales que no muestran ninguna de estas características.

La autora Judith Herman habla del trauma complejo implica experiencias prolongadas y repetidas, como abuso sexual, físico o emocional durante la infancia, relaciones abusivas a largo plazo o situaciones de violencia comunitaria. Se caracteriza por su naturaleza crónica y la interacción de múltiples factores estresantes en la vida de la persona. Además, puede afectar profundamente la identidad, las relaciones interpersonales y el funcionamiento diario de la persona, y a menudo se presenta junto con trastornos de estrés postraumático complejo. How Trauma Survivors Envision Justice, en inglés), se publicó en marzo del 2023.

El abusador o violador sexual no siempre es una persona extraña que se oculta en los patios vacíos o en lugares oscuros para atacar a los niños, niñas y adolescentes. Casi siempre, son personas muy cercanas como los familiares y las amistades. En este sentido, la familia puede ser un lugar de amor que les permite a los niños y niñas crecer con esperanzas y desarrollar capacidades, como también
un lugar de sufrimiento, arbitrariedad, injusticia, opresión, amenaza y violencia sexual.

Las señales más frecuentes en niñas y niños, víctimas de abuso sexual se presentan cuando en estos aparecen cambios repentinos en el
apetito sin causa aparente, se empiezan a notar problemas con el control de esfínteres; si se presentan dificultades para caminar o sentarse, en el caso que con mucha frecuencia presenta sangrados, infecciones y expulsa secreciones intensas, deben acudir inmediatamente a un examen físico. Otras dificultades de atención, concentración y memoria son señales que se pueden evidenciar,
algunas niñas y niños permanecen siempre en estado de vigilancia extrema y alerta, se pone muy nerviosos cuando aparece una persona concreta, aunque sea de la familia.

Los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual frecuentemente son personas faltas de cariño; aunque a veces tengan satisfechas todas sus necesidades materiales, no tienen el afecto de sus padres y sus familiares. Otros son niños, niñas y adolescentes

con baja autoestima y sentimiento de inferioridad, Algunos niños, niñas o adolescentes que provienen de familias desintegradas y viven sólo con su mamá, sólo con su papá, sólo con una abuela, con una madrastra o con un padrastro.

Otros niños que viven en hogares donde el padre, la madre o un hermano mayor son alcohólicos o drogadictos. Algunos son niños que viven en condiciones de hacinamiento y tienen que dormir junto con toda la familia en una sola cama, presenciando las relaciones
sexuales de las personas adultas. Cuando un niño, niña o adolescente es víctima de violencia sexual, es difícil que hablen: normalmente suelen callar e intentan olvidar.

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